En el siglo XX, el título de marqués de Campotéjar se otorgó en España a una línea lateral de los Granada Venegas. Casilda de Bustos y Figueroa, duquesa de Pastrana, marquesa de Corvera, marquesa de las Almenas, marquesa de Salinas del Río Pisuerga se convirtió en el vigésimo marqués de Campotéjar. Su marido, José Finat y Escrivá de Romaní, controlaba toda la seguridad del régimen franquista y, tras ser nombrada alcalde de Madrid, la heredera de la Casa Real Nazarí se convirtió en la primera dama de la capital española de 1952 a 1965. Su nieta, también llamada Casilda, es hoy la heredera del título, XXII Marquesa de Campotéjar. Su nombre recuerda a la princesa Casilda, hija del emir de Toledo (siglo X) que se convirtió al cristianismo. Más de cinco siglos después de la caída de la dinastía nazarí, la sangre de los reyes musulmanes de Granada corre por las venas de más de 40 barones, condes, marqueses, duques y grandes de España. Es una paradoja, porque la obsesión por la "pureza de sangre" entre la nobleza cristiana española, para la que era inconcebible mezclarla con la de los "infieles" recién convertidos, llevó en los siglos XVI y XVII a prohibir el acceso a las principales instituciones civiles o eclesiásticas españolas a todos aquellos que no pudieran alegar la condición de "limpieza de sangre".