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EL LOGOTIPO

El logotipo combina dos elementos: una estrella y una figura humana, inspirada en la primera representación conocida de un mago. Se encuentra en Andalucía, en el Barranco de la Tinaja, en Otiñar, cerca de Jaén. El arqueólogo Georgeos Díaz-Montexano lo descubrió en un yacimiento prehistórico al aire libre. Este rastro es la prueba de la existencia de los Reyes Magos en esta región desde hace miles de años.
Una creación original 
Los escritos de los historiadores de Al Andalus confirman esta presencia de los Magos desde la prehistoria. “Los magos, adoradores del fuego, dominaron el sur de España mucho antes que los fenicios”, según Ahmad al Razi, historiador cordobés del siglo X. Para el historiador Ibn Idari (siglo XI), marroquí de origen andaluz, “se afirma que los pueblos que se asentaron en el sur de Iberia después del diluvio fueron los andaluces. También se dice que eran magos (magûs)”.
En la piedra hay grabadas tres letras en escritura púnica o cartaginesa a la izquierda de una figura. Representan la palabra mgš o mgsh (magosh) que significa ‘mago’.
Esta inscripción nos recuerda hasta qué punto el acercamiento entre Oriente y Occidente está arraigado en la historia de los pueblos de Europa. Forma parte de la construcción de las culturas y mentalidades europeas, sobre todo gracias a la influencia de fenicios y cartagineses desde el siglo X a.C.
La figura de un mago grabada en esta pared prehistórica puede interpretarse de varias maneras. Algunos disciernen un búho, símbolo de la sabiduría griega. Otros ven la forma humana de un sabio mirando al cielo.
El logotipo de la Fundación Magos se inspira en estas interpretaciones. También puede representar el ojo de la cerradura de una puerta que se abre a nuevos horizontes.

SOBRE LA ESTRELLA
DE OCHO PUNTAS

Puede interpretarse como la estrella de los Reyes Magos. Evoca la primera descripción escrita de esta inusual estrella. El sirio Ignacio de Antioquía lo escribió en el siglo I d.C.: “Se vio brillar en el cielo una estrella que hizo palidecer a todas las demás: su brillo era inexpresable, su novedad causaba asombro; todas las demás estrellas, junto con el sol y la luna, la seguían”.

 

En el cristianismo, la estrella de ocho puntas se convierte en un doble símbolo: el de la natividad y el de la redención. Se encuentra en la arquitectura de muchas iglesias octogonales. La estrella de ocho puntas se conoce como la Estrella de Andalucía. Se encuentra a menudo en las decoraciones arquitectónicas de Al Andalus y nos recuerda que Oriente y Occidente pueden convivir pacíficamente. Este signo se encuentra en el hinduismo, que se dice que practicaba el mago Gaspard de la India. En estos países, representa las ocho formas de la diosa Lakshmi.

La estrella de ocho puntas se dibuja en algunas banderas de países fuertemente asociados a los magos, como Irak, donde vivió el profeta Daniel (apodado el mago Baltasar de Babilonia), un judío deportado a Babilonia, o en Azerbaiyán, de donde se supone que procedía el mago Melchor. También es un símbolo del alfabeto árabe y marca el final de un capítulo del Corán. En el continente africano, de donde se dice que procede el mago Baltasar, la estrella de ocho puntas se encuentra en el antiguo Egipto.