El rey Salomón es el denominador común vinculado a los países de los Reyes Magos de la Natividad. La Biblia hebrea presenta a Salomón, rey de Israel (siglo X a.C.) y constructor del primer Templo de Jerusalén, como un hombre sabio, autor de proverbios y canciones, gran conocedor de los secretos de las plantas y los animales, pero no como un mago. Su reputación como astrólogo aparece ya en el siglo II a.C., y en el siglo I d.C., el historiador judío Flavio Josefo lo presenta como autor de 3.000 libros de exorcismos y conjuros contra enfermedades causadas por demonios. En el Corán, se dice que Dios concedió a Suleyman (Salomón) una vasta sabiduría, el don de hablar con ciertos animales y el de controlar los vientos. Se dice que le dio un anillo con un sello conocido como el "Sello de Salomón", que le permite dominar incluso a los genios (djinns) y demonios (shayatin) más poderosos. Se dice que estas criaturas, sometidas por el anillo, enseñaron a Salomón todas las ciencias ocultas, la magia y la hechicería, la arquitectura y otras artes, y que también le ayudaron en la construcción del 'Templo de Salomón'.